lunes, 25 de octubre de 2010

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lunes, 27 de septiembre de 2010

juegos tipicos de chile

Volantines, trompos, el palo ensebado y las carreras reaparecen cada 18 de septiembre. También los trajes de huaso , la Cueca y los payadores. Todas esa expresiones nos recuerdan parte de la historia y de las tradiciones chilenas




Cada año, el 18 de septiembre, en las celebraciones que recuerda la instauración de la Primera Junta de Gobierno tienen cabida la cueca, los asados, los emblemas patrios y también el aspecto más lúdico de nuestra idiosincrasia, expresados a través de la práctica de juegos tradicionales. Pero ¿cuánto sabemos de estos juegos chilenos?


Aquí podrás encontrar la historia y las reglas de algunos de ellos:
manos jugando



El objetivo de este juego es despistar a los concursantes. Se pregunta quién tiene el anillo y si no se adivina hay que pagar una penitencia.
El "corre el anillo" se originó en Francia, en donde es conocido como "le furet".

En Chile se juega desde el siglo XVIII, aunque ya no es tan popular como lo fue hasta hace algunos años.

Los niños que lo juegan se sientan en línea o semicírculo con sus manos juntas y semiabiertas. El que ha sido elegido previamente encierra entre sus manos un anillo o una moneda. Luego va pasando las manos, con el objeto dentro, por entre las manos de los jugadores que esperan ser depositarios. Mientras simula echar la prenda en las manos de cada uno de los jugadores, va recitando: Corre el anillo por un portillo, pasó un chiquillo comiendo huesillos, a todos les dio menos a mí. Eche prenda señorita o caballero, quién la tiene diga usted..

Cuando termina de recitar, aquél al cual se le pregunta ¿quién tiene la prenda? Debe adivinar el nombre del que la recibió. Si acierta, pasa a ocupar el puesto de aquel que preguntó y éste debe entregar una prenda. Si no adivina, la prenda tiene que echarla él.

Luego, hay que recuperar la prenda haciendo una penitencia fijada por
Niño juega a las bolitasel grupo.



Hace mucho que en Chile se juega a las bolitas apostándolas en cada pasada. Así, tener más bolitas es signo de experiencia y habilidad en el juego. Todas las épocas son buenas para un partido, pero dicen que en septiembre es lejos mejor.
El juego de las bolitas apareció en Chile en el siglo pasado, prácticamente igual a como se practica hoy a lo largo de todo Chile: hacer chocar entre sí, dos o más bolitas, derivándose de ello amplias variaciones.

Uno de los más popularizados es la "hachita y cuarta". Consiste en que el que va a iniciar el juego, saca del hoyo su bolita y la lanza a "chitar" a la de su compañero. Si lo logra, marca con la mano una medida llamada "cuarta" (del pulgar al meñique con la mano extendida) y lanza su bolita al hoyo. Si acierta a introducirla gana.
También está el juego de la Troya. Para jugar a la Troya se dibuja un círculo sobre la tierra dentro del cual los participantes colocan cierta cantidad de bolitas por igual. A continuación todos lanzan sus bolitas por turno hacia el círculo, buscando sacar de allí el máximo de bolitas juntas con la bolita que lanzó. Si su bolita queda dentro del círculo, significa que “se ahogó” y debe abandonar el juego. Todos siguen jugando cada cual a su turno, hasta que no queden bolitas dentro del círculo.
La ratonera se juega con una caja de zapatos agujereada, y gana el que logra poner más bolitas dentro de la caja.

Las bolitas más populares son de cristal, acero, piedra o barro cocido y pintado y cada una tiene su nombre: las de cristales más pequeños se llaman "ojito de gato".
El "pepón" es la más grande de las bolitas comunes, luego viene el bolón y el "bolón campana" es el de mayor tamaño. pero hay más: jacuzzy, ketchup, leche, payasito y palta, son algunos nombres. 
También están el tiro, que es la bolita preferida; la chilindrina, como se le dice a las bolitas más pequeñas; el palomo, que es una bolita de mármol.
palo ensebado



Para jugar al palo ensebado hay que tener piernas y brazos fuertes que permitan sujetarse pese a lo resbaloso de la grasa.
Este juego consiste en un palo o vara de 20 centímetros de diámetro y de 5 a 6 metros de alto que se encuentra enterrado en tierra. El palo untado en grasa deberá ser trepado para alcanzar el premio que está en la cima.
El objetivo es subir, resbalando una y otra vez hasta que uno de los competidores logra atrapar el premio que puede consistir en billetes, gallinas, botellas de vino, o simplemente una hermosa bandera chilena.
Por lo general los primeros concursantes no tienen éxito porque el palo esta muy ensebado. Los últimos ganan después que el sebo o jabón se ha ido con los anteriores.
Origen
Durante los siglos XVI y XVII en Nápoles había fiestas populares donde en medio de una plaza pública se colocaba una pequeña montaña artificial que simbolizaba el volcán vesubio. De su cráter salían en erupción salchichones y comida, queso y pastas. La gente acudía para comerse esos alimentos. Este juego se llamaba “cucaña”.
Después la montaña se cambio por un alto poste del que colgaban salchichones y aves. Cuando e convirtió en un palo derecho  salto, se le untó de jabón y se le llamó palo ensebado.
niña jugando al luche




Todos hemos jugado alguna vez al luche. El juego consiste en tirar un tejo (a veces se usan tarros de mentolatum) y saltar con un solo pie tratando de recogerlo o patearlo fuera de de la cancha demarcada.
Al "luche", conocido en España como "infernáculo", se le llama de diversas formas en Chile: tejo, peña, pisao, cajón, caracol, etc.

¿Pero cómo se juega? Se traza en el suelo un diagrama constituido generalmente por una serie de rectángulos, coronados por un semicírculo.

Se numeran los distintos compartimentos. Los jugadores, dos o más, poseen tejos personales o colectivos. El tejo es arrojado por la persona a la cual le toca jugar hacia las casillas desde donde tiene que ser sacado.

Para sacar el tejo hay que hacer lo siguiente: el primer jugador lanza el tejo hacia el casillero número uno. Luego, saltando en un pie, brinca dentro de él, lo saca, ya sea pateándolo con el único pie en que esta parado o recogiéndolo. Después sale de la misma forma en que entró. Lo mismo va haciendo con las diferentes casillas, en forma progresiva. Hasta llegar a la última.

En algunas casillas, que reciben el nombre de descanso, así como en la casilla final, que es llamada la gloria, el cielo, el paraíso o la luna, la jugadora puede apoyar ambos pies.

Se pierde cuando el tejo no cae en el casillero que le corresponde, o cuando la niña pisa con ambos pies los casilleros donde no está permitido, o cuando pisa las líneas del diagrama.
Diferentes nombres del luche
Este es un juego muy popular en Latinoamérica, y se le llama con muchos nombres diferentes en cada país, pero es más conocido como "rayuela". En la mágica isla de Chiloé se le llama también “mariola”, “reina mora”, y “coxcojilla”.
Hay muchos tipos de luche o rayuela, pero todos consisten en una serie de casillas dibujadas con tiza o carbón sobre la vereda y tienen más o menos las mismas reglas: hay que lanzar un tejo, una piedra o una chapa en la casilla 1 y luego recorrer las otras casillas saltando en un solo pie hasta llegar a la última, que a veces es un número y otras veces es un semicírculo que dice “cielo”.
En Chile hay tres tipos de rayuela o luche:
1     Luche: tiene tres casillas numeradas del 1 al 3, otro con la letra “D” de descanso y 4 triángulos o campanas, también numerados; a continuación viene el infierno, y por suerte, al final está el cielo. 
2       Rayuela alemana: tiene varios descansos con rectas y curvas.
3       Rayuela de caracol: tiene forma de espiral, y todo el trayecto debe hacerse en un solo pie, sin descanso, empujando el tejo desde el comienzo hasta el final sin parar.
Origen
Aunque es imposible comprobarlo, dicen que un monje español inventó este juego, pensando en que cuando uno va saltando en dirección al cielo va haciendo el mismo recorrido que hace durante toda la vida. Es bonito, seguramente eso motivó al gran escritor argentino Julio Cortázar a ponerle “Rayuela” a su novela más famosa.
volantín


Aunque su origen es chino, los volantines o cometas son un símbolo de lo chileno. Su tradición se remonta al siglo XVIII.
El origen del volantín se atribuye a un general chino de nombre Han Sin, en el año 200 antes de Cristo, y su difusión fue tan popular en oriente que el calendario chino le dedicó el noveno mes del año.

En Europa, la cometa ya era conocida en el siglo XVII y su aparición en Chile data de mediados del siglo XVIII. Su llegada conquistó a tantos seguidores, que se convirtió en el protagonista de muchas fiestas, juegos, competencias, reuniones y jaranas.

Pero su presencia también causó disturbios y peleas. De hecho, en 1795 se dictó una orden que condenaba a seis días de prisión a todo "malvado" que causara daños como consecuencia de la encumbrada de un volantín. Esta medida se tuvo que adoptar porque fueron demasiados los peatones que sufrieron el golpe de una teja por culpa de las piruetas de un volantín.

Pese a esto, la presencia del volantín se hizo indispensable en la celebración de las Fiestas Patrias y en las famosas competencias de corridas de volantines. Estas últimas consisten en la lucha de dos o más figuras de papel en el cielo, que buscan eliminarse unas a otras por medio del roce violento del hilo curado. Esta "arma" es consecuencia de la mezcla de vidrio molido con pegatina en el hilo que encumbra al volantín y que es capaz de cortar los hilos enemigos.

Con los años, se prohibió el uso del hilo curado y los volantines se dedicaron a cubrir los cielos con fines lúdicos y no competitivos estando en manos, principalmente de los niños.

Sin embargo, y pese a todas las campañas de prevención y advertencia en contra del hilo curado, persisten hoy en día algunos fanáticos que lo siguen usando causando daños a los menores. Son numerosos los niños que han sufrido cortes y heridas producto de ese peligroso material.

Actualmente, el volantín ha experimentado las innovaciones de la modernidad, ya que sus variedades se presentan en papel, plástico y con sofisticados sistemas de manejo que posibilitan dirigirlo con dos manos.
Si vas a encumbrar volantines no dejes de tener en cuenta estas consideraciones dictadas por la Asociación Chilena de Seguridad:
1       Hazlo en lugares abiertos y lejos de cables de alta tensión.
2       No encumbres volantines en techos o zonas cercanas al tendido eléctrico.
3       No uses hilo curado ni de nylon que pueda causar cortes a la piel.
4       No subas a árboles o postes a rescatar volantines.
5       No corras tras volantines cortados, para evitar atropellos.
6       Usa carretes para no enredarte con el hilo suelto.
Aprende más sobre volantines y entérate de que el carrete es un invento chileno
Emboque



Ser un buen jugador significa hacer la mayor cantidad de 'emboques' ya sean simples o dobles.
El emboque es un juguete de madera con forma de esfera o campana con un agujero de cuatro a cinco centímetros de profundidad. De su cuerpo sale un cordón delgado en cuyo extremo tiene amarrado un madero o palito que habrá que tratar de meter al agujero del emboque.

El juego consiste en tomar el madero de forma vertical con una mano, de manera que el emboque quede colgando. Con el movimiento del brazo el emboque comenzará a adquirir un movimiento oscilante.

El emboque tiene que ser lanzado al aire. La idea es que el madero logre entrar al agujero. Esto es el "emboque". Se juega de manera individual o con más personas. Gana quien hace más número de emboques ininterrumpidamente.

Hay diferentes tipos de embocadas que se conocen con el nombre de simple, doble, vertical, mariquita, puñalada, purtiña o dominio del revés.
trompo en la mano




Esta pirinola de madera y con punta de fierro ha entretenido a miles de chilenos durante muchos años.
Tradicionalmente los trompos eran hechos por artesanos y construidos con madera de espino. Hoy la elaboración se ha industrializado y las maderas son más bien blandas, incapaces de durar en el "quiño", prueba que cosiste en "herir" al trompo perdedor con la púa.

Algunas variaciones del juego son la prueba del círculo dibujado en el suelo. Uno de los participantes tiene que "tirarse" primero y quedar girando dentro del círculo.

La idea es que el resto intente pegarle a ese trompo. Cuando el trompo termina de girar tiene que quedar fuera del círculo, uno no lo puede sacar. Debe salir sólo con los golpes o choques de los otros. En ese momento puede empezar a participar. Si el trompo bailando sale del círculo se puede tomar con la mano, donde debe seguir bailando. Luego se lanza sobre los otros trompos. El juego no tiene fin.
Sobre los antiguos juegos, cuenta Oreste Plath que "el trompo que caía en desgracia era llevado a la cama de la choca donde terminaba todo astillado por los púazos de los demás trompos". Después de jugar los trompos quedaban llenos de pequeños agujeros o “quiñaduras”.
Hay famosos elaboradores de trompos que recuerdan los abuelos, como José Marcos Ramírez, quien también era fabricante de ataúdes.
Partido de tejo



Esta pirinola de madera y con punta de fierro ha entretenido a miles de chilenos durante muchos años.
Tradicionalmente los trompos eran hechos por artesanos y construidos con madera de espino. Hoy la elaboración se ha industrializado y las maderas son más bien blandas, incapaces de durar en el "quiño", prueba que cosiste en "herir" al trompo perdedor con la púa.

Algunas variaciones del juego son la prueba del círculo dibujado en el suelo. Uno de los participantes tiene que "tirarse" primero y quedar girando dentro del círculo.

La idea es que el resto intente pegarle a ese trompo. Cuando el trompo termina de girar tiene que quedar fuera del círculo, uno no lo puede sacar. Debe salir sólo con los golpes o choques de los otros. En ese momento puede empezar a participar. Si el trompo bailando sale del círculo se puede tomar con la mano, donde debe seguir bailando. Luego se lanza sobre los otros trompos. El juego no tiene fin.
Sobre los antiguos juegos, cuenta Oreste Plath que "el trompo que caía en desgracia era llevado a la cama de la choca donde terminaba todo astillado por los púazos de los demás trompos". Después de jugar los trompos quedaban llenos de pequeños agujeros o “quiñaduras”.
Hay famosos elaboradores de trompos que recuerdan los abuelos, como José Marcos Ramírez, quien también era fabricante de ataúdes